“En Filipinas, parte de su hospitalidad consiste en darte de comer, y si puede ser en gran cantidad. Como cuando vas a casa de la abuela, que debes comer mucho porque sino no está contenta, pues a los filipinos les pasa igual.”

“De hecho en Filipinas hay islas tan pequeñas que muchas de ellas no tienen ni nombre, nosotros estuvimos en una de las islas más grandes que se dice Luzón, donde hay la capital Manila, y donde conocimos tres organizaciones filipinas que trabajan en diferentes áreas, infancia (niños de la calle e infantes que los sacan de la prostitución), agricultura (micro créditos y cooperativas) y una parroquia solidaria que ayuda a resolver dificultades locales.”

“Dentro de la problemática que tienen son gente muy alegre y de alguna manera olvidan sus dificultades y saben disfrutar de lo que tienen.”

Marcos Gonzalez, turista responsable