Turismo Responsable
Alrededor del turismo han surgido una serie de mitos como la de su capacidad para generar ocupación, impulsar actividades productivas relacionadas, valorizar la cultura autóctona y defender la naturaleza, entre otros. No obstante, estas afirmaciones son más que dudosas.
La realidad es que los modelos turísticos dominantes se caracterizan por sus pésimas condiciones laborales, por la alienación de los recursos necesarios para el desarrollo de actividades tradicionales como la agricultura o la pesca, por la transformación de la cultura en una mercancía y por la destrucción de ecosistemas.
Delante esta situación, los últimos años han surgido propuestas dirigidas a enfrentar las consecuencias de estos modelos turísticos dominantes, que han adoptado la denominación de Turismo Responsable u otros apelativos similares, Turismo Justo, Turismo Sostenible, ...
Un mismo mundo, dos acciones turísticas |
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Songjiang hotel, Changai, China (Ásia) | Foto de turista responsable en Marruecos (África) |
Desde este punto de vista, el Turismo Responsable no aparece como un tipo o modelo específico de turismo, sino como un movimiento a favor de la sostenibilidad de la acción turística que se articula a través de una amplia gama de acciones que podemos sintetizar en tres ejes:
a) establecer modelos de desarrollo turístico sostenibles y específicos para cada zona de destino, respetando las variables sociales, culturales, económicas y medioambientales autóctonas;
b) denunciar los impactos negativos que el turismo compuerta o puede suponer en las sociedades locales y en su entorno, y a la vez implicarse y apoyar a los colectivos afectados;
c) valorar y reclamar la responsabilidad de turistas, tour-operadores, anfitriones e instituciones públicas para favorecer modelos turísticos sostenibles [J.Gascón & E.Cañada, "Viajar a todo tren: Turismo, Desarrollo y Sostenibilidad", Barcelona, 2005].
No se trata por lo tanto, de promocionar solo modelos turísticos alternativos respetuosos con las sociedades, el medio ambiente y las economías locales, sino de incidir sobre la totalidad del sector en la defensa de los derechos civiles y políticos (derechos de primera generación), económicos, sociales y culturales (de segunda generación) y de los pueblos (de tercera generación).
a) establecer modelos de desarrollo turístico sostenibles y específicos para cada zona de destino, respetando las variables sociales, culturales, económicas y medioambientales autóctonas;
b) denunciar los impactos negativos que el turismo compuerta o puede suponer en las sociedades locales y en su entorno, y a la vez implicarse y apoyar a los colectivos afectados;
c) valorar y reclamar la responsabilidad de turistas, tour-operadores, anfitriones e instituciones públicas para favorecer modelos turísticos sostenibles [J.Gascón & E.Cañada, "Viajar a todo tren: Turismo, Desarrollo y Sostenibilidad", Barcelona, 2005].
No se trata por lo tanto, de promocionar solo modelos turísticos alternativos respetuosos con las sociedades, el medio ambiente y las economías locales, sino de incidir sobre la totalidad del sector en la defensa de los derechos civiles y políticos (derechos de primera generación), económicos, sociales y culturales (de segunda generación) y de los pueblos (de tercera generación).